Persevera en la oración. -Persevera, aunque tu labor parezca estéril. -La oración es siempre fecunda.
(Camino 101)

miércoles, 26 de octubre de 2011

Seréis como dioses

La razón se cree autosuficiente para entender todo, prescindiendo de Dios. Es una tentación sutil, que se ampara en la dignidad de la inteligencia, que nuestro Padre Dios ha dado al hombre para que lo conozca y lo ame libremente. Arrastrada por esa tentación, la inteligencia humana se considera el centro del universo, se entusiasma de nuevo con el seréis como dioses (Gen 3, 5) y, al llenarse de amor por sí misma, vuelve la espalda al amor de Dios.
(Es Cristo que pasa n. 6)

viernes, 21 de octubre de 2011

La santidad no es cosa para privilegiados

Todos los caminos de la tierra pueden ser ocasión de un encuentro con Cristo.
Carta 24-III- 1930

sábado, 24 de septiembre de 2011

Josemaría no está contento de Josemaría.

En el examen, yo tengo que decir muchas veces: Josemaría no está contento de Josemaría; porque hay muchas cosas que podía haber hecho y no las he querido hacer.

viernes, 3 de junio de 2011

In te Domine...

"In te Domine, speravi": en ti, Señor, esperé. -Y puse, con los medios humanos, mi oración y mi cruz. -Y mi esperanza no fue vana, ni jamás lo será: "non confundar in aeternum"! (Camino 95)

sábado, 30 de abril de 2011

Cristo vive.

Cristo vive. Esta es la gran verdad que llena de contenido nuestra fe. Jesús, que murió en la Cruz, ha resucitado, ha triunfado de la muerte, del poder de las tinieblas, del dolor y de la angustia. No temáis, con esta invocación saludó un ángel a las mujeres que iban al sepulcro; no temáis. Vosotras venís a buscar a Jesús Nazareno, que fue crucificado: ya resucitó, no está aquí (Mc 16, 6).
Es Cristo que pasa, 102

martes, 15 de marzo de 2011

Contrariedades.

-Padre, ¿y si nos abren la cabeza?
-Será que Dios quiere que la llevemos abierta.

sábado, 5 de febrero de 2011

Inteligencia y corazón.

Para hacerse entender de los (niños), habrán de humillar su inteligencia: para comprender a los pobres enfermos, tendrán que humillar su corazón. Y así, de rodillas su entendimiento y su carne, les será fácil llegar a Jesús, por el camino seguro del conocimiento de la miseria humana, de la miseria propia, que les llevará a anonadarse, para dejar a Dios que construya sobre su nada.